OPINIÓN | Mario Mora
Quiero detenerme en uno de los emails más emocionantes que hemos recibido en contacto@clasicafmradio.com en los últimos meses. Nos llegaba desde Chile, y la firmante, Francisca, nos relataba el cierre de la única emisora de música clásica en Chile, Radio Beethoven, que finalizó su emisión el pasado 30 de noviembre a las 23:59.
Chile está de luto, nos decía. Y no es para menos. Un país sin una sola emisora de música clásica es como un país sin niños, o sin abuelos, es un país vacío. Las consecuencias, decía este email, fueron totalmente devastadoras. Más de 44 mil seguidores firmamos una petición online para tratar de evitar el cierre, enviamos cartas, tratamos de concienciar a través de las redes sociales, pero fue inútil.
Los chilenos estáis viviendo una de las crisis sociales y políticas más fuertes de los últimos tiempos, y es lo que os faltaba: quedaros sin vuestra emisora de música clásica. Quedaros sin ese 96.5 de la FM de evasión en la mejor música del mundo, como hacía Francisca cada vez que se subía al coche.
Pero tenemos que dar las gracias a que esto haya ocurrido en un mundo globalizado como en el que vivimos hoy. Hubo que buscar otras opciones, nos decía Francisca, y apareció Clásica FM. Simplemente, gracias. Todos los chilenos les estamos ahora profundamente agradecidos. No saben cuánto.
Y nosotros, Francisca. Porque aunque solo sea por ello, nuestro trabajo sigue mereciendo la pena. Y lo seguiremos haciendo, entre otras cosas, para que los chilenos no os quedéis sin un día de la mejor música del mundo.
Un abrazo a Chile y a todos los que nos seguís desde allí con tanto ímpetu.
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