OPINIÓN | Por Celia Berlinches
En mi último artículo hice referencia a un problema evidente: la invisibilidad de las mujeres en el ámbito musical. Ahora, seguimos reflexionado para construir nuevas soluciones.
El pasado 20 de marzo se presentó en la fundación SGAE un estudio titulado ‘¿Dónde están las mujeres en la música sinfónica?’ que tiene como objetivo «la proporción de datos reales de la presencia de las mujeres en el proceso de creación y dirección musical en las orquestas sinfónicas en España en la temporada concreta de (2016-2017)». ¿Con qué finalidad? Establecer conclusiones y buscar soluciones.
Existen muy pocos datos sobre la presencia de las mujeres en el ámbito sinfónico, hay un campo desértico donde se necesita una gran participación. ¿Dónde hay que empezar a buscar? En los archivos. Muchas veces no se programa música de mujeres por desconocimiento y por no saber donde encontrarlas. A veces, los músicos repetimos demasiado el mismo repertorio, ¿por qué no investigamos y buscamos obras nuevas?
El porcentaje de mujeres en los conservatorios de grado profesional es mayor que el de los hombres, sin embargo, las alumnas de los conservatorios superiores (promoción 2016-2017) tan solo fueron un 29% en composición, un 24% en dirección y un 43% en interpretación. ¿Por qué esas mujeres abandonan?
Los ámbitos de la dirección y la composición son los más llamativos, aunque también es cierto que hay secciones instrumentales como el viento metal y la percusión, donde la mujer todavía no está tan presente. Todo está en proceso de cambio y cada vez son más mujeres las que participan en el mundo sinfónico pero lo cierto es que hasta 1997 no hubo ninguna mujer en la Filarmónica de Viena, una de las orquestas más conocidas por todo el mundo. Por eso es tan importante la visibilización de las mujeres, para poder tener referentes. En composición, el estudio concluía que tan solo las mujeres participaban en un 1% de las obras programadas y en un 5% de los directores de orquesta. Son porcentajes muy similares a los que mencionamos en artículo anterior sobre las orquestas estadounidenses. Estamos ante una situación alarmante.
Se hizo hincapié en la función de los programadores musicales, un puesto mayoritariamente ocupado por hombres. Deben ser conscientes de la necesidad de incluir obras de mujeres, puesto que también forman parte de nuestra historia, ayudando a normalizar la creación artística femenina y contribuyendo al enriquecimiento del público. Hay muchos proyectos en marcha para colaborar con la igualdad. Uno de ellos es el programa educativo de la Asociación de Mujeres en la Música (AMM) que realiza en los conservatorios con repertorio de mujeres. Sí que hay soluciones.
El estudio es un inicio para confirmar lo que ya sabíamos, ahora ¿qué soluciones podemos practicar en nuestro entorno? Esto solo acaba de empezar y en Clásica FM todavía nos falta mucho de lo que hablar. ¡Seguimos!